7 de marzo de 2015

El fin de los tiempos?

La ciencia hizo todo lo posible, pero al parecer el tan temido final está cada vez más cerca. Los mejores especialistas del país intentaron todo lo que estaba clínicamente al alcance de la mano, pero esta enfermedad, que lleva aproximadamente quince años desarrollándose en forma gradual, ahora sí parece decidida a terminar con nuestro paciente.

El diario en formato papel está herido de muerte. De acuerdo con el informe realizado por el portal Diarios Sobre Diarios, todos los matutinos porteños de alcance nacional registraron bajas considerables en su circulación durante 2014, bajas sostenidas año tras año.

Internet es la gran responsable de la caída del formato papel. La inmediatez y facilidad de acceso a la información (incluso desde un smartphone) a un solo click de distancia, sumado a la actualización al instante, le sacan una ventaja irremontable al diario en el momento de consumo de las noticias. A ésto además hay que sumarle el tiempo, factor no menor, ya que para llevar a cabo el ritual de lectura del diario se necesita de un tiempo de lectura que hoy el ciudadano común parece tener cada vez menos. En cambio, Internet otorga la posibilidad de consumo gratis, en cualquier momento del día y por el tiempo que uno quiera. Imposible competir. 

Siempre se dijo, como una especie de latiguillo periodístico, que no existe nada más viejo que el diario de hoy. La profecía, redes sociales mediante, se cumplió. El flujo constante de noticias, que Internet a través de todos sus formatos recoge incesantemente, dejan al diario de hoy muy lejos. Ya no es viejo, es arcaico.

Los periódicos se vieron obligados a compensar esta desventaja otorgando otros beneficios: más suplementos, más análisis y tarjetas de beneficios (365 en el caso de Clarín, Club La Nación en el caso de La Nación, por ejemplo). Pero estas estrategias marketineras por afuera de lo estrictamente periodístico tampoco pudieron frenar la caída. En 2014, Clarín obtuvo la peor marca en materia de circulación desde su fundación en 1945. En el caso de La Nación, registró el número más bajo de la última década. Diario Popular, para completar el podio, cayó por debajo de los 80.000 ejemplares diarios, cuando venía registrando un crecimiento sostenido en la última década.

Sin embargo, los diarios siguen siendo los grandes generadores de agenda, pero más por una cuestión editorial y política en estos tiempos tan polarizados que por razones informativas y de primicia (?) como antaño. Además, es preciso agregar que la Televisión descubrió (y reinventó) hace unos años la primera mañana como un prime time bis, junto con los canales de noticias las 24 hs. O sea, todo llega antes que el diario.

Si los anunciantes y responsables de publicidad se animan a dar un golpe de timón y entienden que Internet es el nuevo mercado (todavía poco explorado e indefinidas aún sus posibilidades) será el golpe de gracia final para el formato papel. Más allá del deseo un tanto utópico de muchos románticos alérgicos al cambio, en este universo tan dinámico y agresivo, el que no se adapta, pierde. Fue lindo mientras duró...

Fuente:
http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/394-adios-diario-papel.php#.VPrvX3yG830