Cuando una serie logra traspasar los límites estrictamente televisivos y alcanza el tan preciado pedestal de "mito", resulta una tentación alargarla todo lo posible para no dejarla ir. Los resultados, cuando ésto sucede, no suelen ser los esperados en el plano artístico. Afortunadamente, no fue lo que pasó con Breaking Bad, que tuvo su final en tiempo y forma, un final a la altura de lo todo lo generado en cinco temporadas.
Sin embargo, para mantener con vida el espíritu BB de alguna manera y como una apuesta riesgosa pero destacable, apareció Better Call Saul, conocida como su spin-off, creada por los mismos autores: Vince Gilligan y Peter Gould. La misma se centra en Saul Goodman, el inefable abogado de Walter White, un personaje secundario pero con un carisma a prueba de balas (?) que bien merecía su propia serie. Las dudas de todos los fanáticos era razonable: ¿cómo hacer para crear algo distinto pero que mantenga el espíritu de Breaking Bad? Si no están los personajes principales, ¿qué sentido tiene? ¿Da para centrar una serie en un personaje secundario de otra?
Todas estas dudas quedaron disipadas en cuanto empezó a correr el primer capítulo. La serie se centra en las andadas de nuestro abogado favorito antes de los sucesos de BB. La vuelta al pasado, los famosos flash back, son un resurso inevitable en las series actuales. Echar un vistazo a lo ocurrido en el pasado para entender cómo se desarrolla el presente, otorga una dinámica narrativa aplaudible. Pero en este caso, dejó de ser recurso para ser el hilo conductor de toda la serie y así crear algo nuevo. Arriesgado pero saludable.
El primer episodio de Better call Saul fue visto por casi 7 millones de personas en Estados Unidos, convirtiéndose en el estreno más visto de la televisión por cable de ese país. La expectativa era grande, está claro. Pero ciertamente no defraudó. Diálogos intensos, humor ácido y secuencia de planos fuera de lo común son algunos de los componentes de Breaking Bad que se mantienen, al mismo tiempo que la serie desarrolla una autonomía propia a partir del desarrollo en profundidad de nuestro abogado estrella.
Todos estamos esperando que tanto Walter White como Jesse Pinkman hagan su aparición estelar, aunque por el momento no está confirmado que sean parte de la serie. Mientras tanto, con sólo cuatro capítulos (y la participación de otros personajes secundarios de BB) queda claro que Better call Saul tiene mucho para dar en este mundo en el que parece estar todo inventado. Interesante vuelta de tuerca
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