13 de marzo de 2017

Saliste ya mil veces...

Otra vez el rock en el centro de la polémica. Otra vez cientos de errores, desde todos los rincones. Debates, reparto de culpas, exoneración para el artista o caza de brujas... todo lo que quieras, podemos discutir horas pero ya es tarde. Otra vez es tarde

La cultura rock ha ido creciendo y mutando con los años a ésto que es hoy: una insania cuasi mística que no conoce de límites, donde podés hacer lo que se te antoje, donde nunca había (hasta Cromañón) costos. El tan mentado "aguante" encuentra en la cultura rock (y en el fútbol, oh casualidad!) su expresión más acabada, su lei motiv

Y en este marco, la omnipotencia del dios pagano lo lleva a convocar a 300.000 personas a tierras lejanas, a ciudades con la mitad de población y sin infraestructura acorde y a sobre vender entradas indiscriminadamente sin que pase nada. Esa liturgia ricotera de la misa y los fieles que acuden sin importar las condiciones dos o tres días antes, sustancias varias mediante, es caldo de cultivo para lo que pudo ser una tragedia mayor.


Y Solari tiene responsabilidad. Porque el personaje se le fue de las manos. Ese dios ya no puede controlar a la masa, muchos de ellos violentos e inconscientes. Pero claro, el fanatismo bobo de "la música no mata" ya salió a exculpar al ídolo tirando la pelota afuera. La música mató el sábado. La música junto con la imprudencia de propios y extraños, la improvisación, la carencia de límites, la ausencia del estado, la impericia de la producción. Todos juntos mataron. Y van a seguir matando porque no aprendemos más

Pasaron más 30 horas del recital y Solari no dio la cara aún. Ni un comunicado, una conferencia de prensa, nada. Es lo mínimo que le exigiría en una situación así a mi dios. Muy raro además viniendo de alguien con una verba tan prolífica...

"Nuestros fans no conocen de localidades agotadas", declaró Solari hace poco. Es un ególatra que necesita ver un predio totalmente repleto para sentirse realizado. Necesita decir que el suyo es el pogo más grande del mundo toreando a estrellas mundiales que ni lo registran. Necesita ver que los pibes tarden horas y hasta días para volver a sus casas porque los accesos y rutas de esas ciudades ignotas están colapsados. Necesita, en definitiva, que todo el mundo hable de él...


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