12 de mayo de 2014

El enigma Tinelli

A dos semanas del regreso de Showmatch a la televisión argentina, luego de un año sabático, los interrogantes acerca del "humor tinelliano" me vuelven a la cabeza. Los éxitos no se discuten, suelen decir los "bilardistas" televisivos, pero se puede tratar de entenderlos.

¿Cómo un programa de televisión que hace gala de un humor básico, berreta y misógino, llega a medir 30 puntos de rating luego de veinticuatro años casi ininterrumpidos en pantalla? Las elecciones de la audiencia en materia televisiva siempre son difíciles de explicar. Evidentemente, hay algo entre el entretenimiento, el morbo y la banalidad que lo convierten en la primera opción (entre muy pocas, es cierto).



Miembros de la farándula peleándose a muerte y desnudando sus miserias en cámara ante una mala nota o un comentario desafortunado, en el medio de un concurso de baile, puede ser otra explicación del "éxito" (el sueño, de "Bailando por un sueño", quedó atrás hace rato). Con el agregado de jurados más pólemicos que expertos (¿Hasta qué punto tienen autoridad en cuanto a cualquier tipo de danza Soledad Silveyra y Marcelo Polino? ¿Importa?)

Resulta cuanto menos extraño que un programa que repite fórmulas hace años continúe siendo el más visto del país. Ok, antes eran sketches y parodias (pobres) a políticos, ahora es un concurso de baile (con imitaciones a políticos cada tanto, igualmente pobres). La esencia sigue siendo la misma. Nada complejo de decodificar, humor garantizado (?). El colmo de esta basura televisiva fue la expectativa generada alrededor de la vuelta del "Oso Arturo". Un tipo disfrazado de oso, que no habla, no baila, no forma parte de ningún número artístico... No hace absolutamente nada.

No se trata de reclamarle a ningún programa de televisión que se convierta en algún tipo de bastión de cierta corriente estética. Tampoco que difunda sólo contenidos de la alta cultura. Lo cierto es que, si del "éxito tinelliano" se trata, creo que plantea más preguntas que respuestas. 

¿Existe forma de escaparle a toda esta maquinaria? Sí. ¿Realmente queremos escapar? Al parecer, no. "The choice is yours".

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